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Economía de la divisa blanda: 25. ¿Y si nadie compra la deuda?

Escrito por Warren Mosler

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No es posible plantear adecuadamente cada cuestión planteada por los “ofeilofóbicos[1]. Una de sus preocupaciones más comunes, sin embargo, claramente ilustra el miedo infundado que surge al confundir endeudamiento privado y endeudamiento público. La pregunta está basada en una imagen del Tío Sam rehusado por los prestamistas y quedándose tirado sin financiación.

El miedo a que el gobierno sea incapaz de vender títulos ignora la mecánica del propio proceso. La urgenicia de emitir deuda se deriva de apoyar los tipos de interés. Al emitir deuda pública, el gobierno ofrece a los bancos la oportunidad de cambiar reservas que no pagan interés por títulos que sí lo hacen. Si todos los bancos prefirieran reservas que no pagan interés antes que aceptar títulos que dan un pago de intereses del gobierno, la negativa a aceptar pagos del gobierno devendría en un impuesto de facto al sistema bancario. Desde el punto de vista del Tesoro, la incapacidad del gobierno para atraer a los prestamistas sería realmente un beneficio. Imaginen que el gobierno se gaste dinero y el sistema bancario, en cierto sentido, preste el dinero a un tipo de interés cero al negarse a aceptar intereses sobre los nuevos depósitos que el gasto del gobierno creó. En lugar de eso, el sistema bancario se contenta con dejar su dinero en una cuenta con el banco central que no rinde intereses. En cualquier caso el dinero se mantiene en el banco central -no tiene otro modo de existir. Si el dinero se queda como reservas excedentarias, se aparca en una cuenta del banco central que no rinde interés. Si el dinero se presta al gobierno comprando títulos del estado se mantiene de nuevo en una cuenta del banco central.

[1] Quienes tienen miedo a la deuda.

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